
Huella de carbono: aprende a calcular tu impacto ambiental
La huella de carbono se define como la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero causadas, directa o indirectamente, por personas, organizaciones, productos, eventos o regiones geográficas en términos de equivalentes de carbono.
Aunque no existe una medición única de la huella de carbono, existen enfoques específicos para obtener su cálculo. Las seis perspectivas principales siguen métodos y estándares internacionales.
1. Enfoque corporativo: Los métodos para realizar una evaluación de la huella de carbono corporativa incluyen el estándar internacional ISO 14064 y el Estándar de contabilidad e informes corporativos (protocolo GHG) del Instituto de Recursos Mundiales (WRI) y el Consejo de Comercio Mundial para el Desarrollo Sostenible (WBCSD).


2. Enfoque de ciclo de vida de un producto o servicio: Evalúa la huella de carbono de los productos (bienes y/o servicios) a lo largo de la cadena de valor, incluyendo en algunos casos su uso o consumo y el final de su vida útil.
3. Enfoque Personal: Evalúa las emisiones directas e indirectas de gases de efecto invernadero de una persona durante un período de tiempo. Para su determinación, es necesario conocer los hábitos de consumo de una persona y en función del resultado modificar las principales fuentes de emisión sin alterar el desarrollo de su vida diaria.
4. Enfoque en Eventos: Evalúa las emisiones de gases de efecto invernadero por el uso de electricidad, transporte de participantes, preparación de alimentos, papelería, entre otras fuentes de emisiones generadas durante la planificación y realización de un evento
5. Enfoque Territorial: Evalúa las emisiones de gases de efecto invernadero de un área específica cuyos límites establecidos corresponden a límites geográficos o político-administrativos.
6. Enfoques específicos por Industria: Evalúa las emisiones de gases de efecto invernadero de un determinado sector productivo, determinando su impacto y contribución al fenómeno del cambio climático.
Las emisiones de gases de efecto invernadero se cuantifican en todas las etapas de producción y el resultado y análisis de estas puede favorecer la optimización de los procesos productivos y el uso de materias primas.

